lunes, 3 de septiembre de 2012

Pasaron tantas cosas, que ya hay algunas que no recuerdo totalmente... Quizás ahora mismo este siendo una cobarde. Quizás no soy yo. Realmente no me reconozco. Pero hace tiempo que deje de hacerlo.
Cuando me hicieron daño. Me fallaron, me decepcionaron.
Nunca quise cambiar. Y todavía estoy esperando el día en que el pasado se marche para siempre. Y pueda empezar de cero. Pero el pasado siempre esta ahí. Para recordar.
El destino, la vida... no hace más que traerte recuerdos que jamás querrías recordar, y a personas que intentas olvidar. Que intentas desaparecer tu misma.
Tal vez no lo entiendas. Yo no he dejado de hacerme la misma pregunta desde la primera vez que me sentí así. Y cada vez que vuelvo a tener esa sensación de estar perdida. Tengo más miedo aún. Miedo a que me fallen.
Se que es verdad eso de que tienes que luchar por lo que quieres, sin rendirte. ¿Pero donde esta el límite? ¿Es una opción hacerse daño uno mismo?

Es cierto que el camino que me queda por recorrer es muy largo. Pero de tantas cosas que he aprendido, una de ellas es que el pasado es parte de tu vida y hagas lo que hagas en él. Tus palabras, tus actos, las personas que dejas entrar a tu vida y a las que dejas marchar. Estarán ahí en tu presente y en tu futuro para siempre.
Por eso aunque me quede tanto por delante, las cosas duelen igual.
Y pueden haber muchas opciones, pero la única que encuentro es la de huir...

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