viernes, 22 de marzo de 2013

Perdone errores casi imperdonables. Intenté sustituir personas insustituibles y olvidar personas inolvidables. Me decepcione de personas que pensé que nunca me decepcionarían. Sonreí cuando no podía. Hice amigos eternos. Lloré oyendo música y viendo fotos. Llamé solo para escuchar una voz. Pensé que me moriría de tanta tristeza. Tuve miedo de perder a alguien especial. Pero he sabio levantarme una y otra vez. Aprendí que a veces el que arriesga no pierde nada, y que perdiendo también se gana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario