¿Sabes? Soy una cobarde, una jodida cobarde, que te quiere y no es capaz de plantarse en frente tuya y soltarte un ¡te quiero! en plena calle. Soy incapaz de decir quédate sin que me tiemble la voz. Porque cada día tengo más claro que lo bueno siempre se acaba, y que los para siempre son falsos. Aún así no quiero creerme que eso es cierto quiero que te quedes conmigo dedicarte todas mis sonrisas. Y sí, tengo mucho miedo, miedo a perderte, porque hemos creado un juego en el que si uno de los dos se marcha, el otro queda hundido.
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